ES205.01 Askar
Askar y los Daneses
205.01 Tan pronto como Askar se enteró por los mensajeros de Reintia de las intenciones de los jutlandeses, envió sus propios mensajeros al rey de Hals. El barco en el que iban los mensajeros estaba cargado de joyas para damas, incluido un escudo de oro con retrato bien logrado de Askar. Los mensajeros debían pedir en su nombre la mano de la hija del rey, Fréthogunsta.
Fréthogunsta llegó a Staveren un año después, acompañada también por un Magi, ya que los jutlandeses llevaban tiempo corrompidos.
Poco después de que Askar se casara con Fréthogunsta, se construyó una iglesia en Staveren, en la que se colocaron extraños ídolos con vestiduras entretejidas de oro. También se decía que Askar se arrodillaba allí con Fréthogunsta en lo más profundo de la noche. Pero lo cierto es que el burgo de Stavia no fue restaurado.
Reintia ya había regresado y, profundamente decepcionada, fue a quejarse a Prontlik, la Madre en Texlandia. Prontlik se puso manos a la obra y envió mensajeros por todas partes con el mensaje: Askar ha sido envenenado por la idolatría. Askar fingió no haberlo oído, pero inesperadamente llegó una [206] flota de Hals a Texlandia. Por la noche, las damas fueron expulsadas del burgo y por la mañana solo quedaba un montón humeante. Prontlik y Reintia se refugiaron conmigo. Más tarde me di cuenta de que esto podría poner en peligro mi región. Por eso ideamos juntos un plan del que todos nos beneficiaríamos. Lee aquí lo que hicimos:
En medio del matorral al este de Ljudwerde[1] se encuentra nuestro burgo de huida o defensa, al que solo se puede llegar por un laberinto de caminos. En este burgo ya había alojado durante algún tiempo a jóvenes guardias que odiaban a Askar. Nadie más lo sabía. Ahora las cosas habían llegado tan lejos entre nosotros que, al igual que entre los daneses, muchas mujeres e incluso hombres hablaban de fantasmas, damas blancas y duendecillos. Askar ya había aprovechado agradecidamente estas tonterías y ahora queríamos hacer lo mismo. En una noche oscura llevé a Prontlik y Reintia al burgo de huida, desde donde ellas y sus damas, vestidas de blanco, empezaron a aparecer como fantasmas en el laberinto de caminos, de modo que al final nadie se atrevía a ir allí.
Cuando Askar pensó que tenía las manos libres, dejó que los magiares (que se llamaban de otra manera) viajaran por sus [207] regiones y fueron admitidos en todas partes excepto en Grénegá[2] y en mi región.
Desde que Askar se unió así más estrechamente a los jutlandeses y a los otros daneses, salieron juntos en expediciones de saqueo. Pero esto no dio buenos frutos. Trajeron a casa todo tipo de tesoros exóticos, pero como resultado los jóvenes ya no veían la necesidad de aprender un oficio o trabajar en el campo, por lo que finalmente tuvieron que tomar esclavos. Esto era, por supuesto, totalmente contrario a la voluntad de Wralda y al consejo de Frya. Por lo tanto, no podía quedar impune.
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