ES039.05 Creta
Creta
39.05 Tercera parte de los escritos de Minno:
Cuando así zarpé con mi gente desde Atenia, finalmente desembarcamos en una isla, que mi pueblo llamó Creta debido a los gritos salvajes que lanzaron los habitantes a nuestra llegada. Pero cuando vieron que no habíamos venido a hacer la guerra, se calmaron, de modo que eventualmente pude intercambiar un bote con mercancías de hierro por un puerto y un pedazo de tierra.
Cuando nos habíamos asentado allí por un tiempo y se dieron cuenta de que no teníamos esclavos, se asombraron. Pero una vez que les expliqué que teníamos leyes por las que todos son juzgados por igual, la gente también quiso tener tales leyes. Sin embargo, tan pronto como las establecieron, toda la tierra se sumió en el caos.
Los príncipes y sacerdotes vinieron y acusaron que habíamos vuelto rebelde a su pueblo, y la gente vino a nosotros en busca de ayuda y protección. Pero cuando los príncipes vieron que estaban a punto de perder su dominio, concedieron libertad a su pueblo y vinieron a pedirme un libro de leyes. Sin embargo, esta gente no estaba acostumbrada a la libertad, y los amos continuaron gobernando como les pareció.
Cuando pasó la tormenta, comenzaron a sembrar la discordia entre nosotros. Le dijeron a mi gente que yo había pedido su ayuda para convertirme en un rey permanente. [040] Una vez, encontré veneno en mi carne. Así que cuando sucedió que un barco de Flee navegó entre nosotros, me fui en silencio.
Dejando de lado mis propias experiencias, con estas historias solo deseo mostrar que no podemos vivir junto al pueblo de Finda, de donde sea que vengan, porque están llenos de trucos falsos, tan temibles como sus dulces vinos con veneno mortal.
Fin de los escritos de Minno
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