ES050.19 Magyares
Los Magiares
50.19 Esto está escrito en el Guardaburgo cerca de Boca de Alderga.
(El Guardaburgo no es un burgo con damas, sino donde se guardan todas las cosas foráneas y de ultramar que han sido traídas por los navegantes. Está situada a tres postes, es decir, media marea, al sur de Medeasblik).
El prefacio dice:
¡Montañas, inclinad vuestras cumbres; nubes y arroyos, llorad; Skeenland, enrojece de vergüenza! ¡Pueblos esclavos pisan tu manto, oh Frya!
Esta es la historia:
Ciento un años[1] después de que Aldland se hundiera, vino del [051] este un pueblo que había sido expulsado por otro pueblo. Detrás de nuestro Twiskland se dividieron y se separaron en dos grupos, cada uno siguiendo su propio camino como un ejército. De una parte no hemos sabido nada, pero la otra parte invadió nuestra Skeenland por detrás. Skeenland estaba escasamente poblada, especialmente el interior. Por eso pudieron tomarla sin lucha y como no hicieron más daño, no quisimos tener una guerra por ello. Ahora que los hemos conocido, primero escribiremos sobre sus costumbres y luego cómo nos fue con ellos.
Este pueblo no era tan salvaje como muchas de las tribus de Finda, sino que se parecían a los egipcios; tienen sacerdotes como ellos y ahora que tienen iglesias, también ídolos. Los sacerdotes tienen todo el poder y se llaman a sí mismos Magiares. El más alto se llama Magi y es tanto sumo sacerdote como rey. El resto del pueblo no cuenta, está completamente sometido e incluso no tiene nombre. Por nosotros fueron llamados Finnen, porque aunque todas sus fiestas son tristes y sangrientas, están tan [052] dedicados o finos a ellas, que nos superan en eso. Pero por lo demás no son envidiables, porque son esclavos de los sacerdotes y lo que es mucho peor, de sus creencias. Creen que por todas partes hay espíritus malignos que se apoderan de hombres y animales. Pero del Espíritu de Wralda no saben nada. Sus armas son de piedra; las de los Magiares de cobre. Los Magiares afirman que pueden invocar y conjurar a los espíritus malignos. Por eso su pueblo está continuamente muerto de miedo y en sus rostros nunca se ve alegría.
Cuando se hubieron asentado bien, los Magiares buscaron nuestra amistad. Alabaron nuestra lengua y costumbres, nuestro ganado y nuestras armas de hierro, que querían cambiar por sus joyas de oro y plata. A sus súbditos los mantuvieron estrictamente dentro de sus fronteras, por lo que nuestra vigilancia se relajó...
Ochenta y ocho años después, precisamente durante la fiesta de Juel, vinieron inesperadamente, como una tormenta de nieve sobre nuestras tierras. A quien no podía huir lo mataban. Frya fue invocada, pero los skeenlanders habían descuidado su consejo. Sin embargo, se unieron fuerzas y se les pudo resistir a tres postes del Godaburgo. Pero siguió habiendo guerra.
Kaat [053] o Catarina - así se llamaba la dama de burgo de Godaburgo - era orgullosa y altiva. Por eso no quiso pedir consejo ni hombres a la Madre del Pueblo. Pero cuando sus señores de burgo se dieron cuenta, enviaron ellos mismos mensajeros a la Madre en Texlandia. Minna - ese era su nombre - entonces hizo advertir a todos los navegantes, así como a toda la juventud de Flilandia Oriental y las Dinamarcas.
Notas
- ↑ 'Ciento un años' - Aunque es posible que se trata de un número exacto, es probable que sea una expresión figurativa, indicando que pasaron ya muchos años.
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