ES067.09 Kelta
Kelta y los Galos
[067/09] Kelta, quien según se dice podía caminar sobre el agua con la misma facilidad que sobre la tierra, se dirigió al continente y directamente a Miselia[1]. Entonces los Galos navegaron con sus barcos desde el Mar Medio hacia Kádik (Cádiz) y luego hacia toda nuestras tierras exteriores[2]. Después atacaron Britania, pero allí no pudieron establecerse firmemente porque los guardianes eran poderosos y los desterrados aún eran Fryas.
Pero entonces llegó la propia Kelta y dijo: "Naciste libre y por una pequeña ofensa te han convertido en un paria. No para elevarte, sino para extraer estaño por tus manos. Si quieres ser libre de nuevo y vivir bajo mi protección, ¡escapa! Recibirás armas y yo velaré por ti." Como un relámpago, se extendió por las islas y en un menos de una vuelta de la Rueda del Carretero, ella se convirtió en la señora de todos ellos, así como de los Tirios en todas nuestras tierras al sur del río Sena.
Para sentirse más segura, Kelta hizo construir un burgo en las montañas del norte, [068] que se llamó Keltasburgo. (Esta aún existe, pero ahora se llama Kérenàk[3] — Rincón Elegido.) Desde esa fortaleza gobernó como una verdadera Madre, aunque no por el bien de sus seguidores, sino sobre ellos, quienes ahora se llamaban a sí mismos Keltas.
Pero gradualmente, los Galos fueron ganando más poder sobre toda Britania. Esto se debió en primer lugar a que ella no tenía otras fortalezas, en segundo lugar a que por lo tanto tampoco tenía Madres de Burgo, y en tercer lugar a que no tenía una Lámpara verdadero. Debido a todas estas deficiencias, su pueblo no podía aprender. Se volvió tonto y terco, después de un tiempo se dejó despojar de todas sus armas de hierro por los Galos y finalmente se dejó llevar por la nariz como un toro.